La calma, mi superpoder

 

                                        Ilustración de Lady Desidia            

Noticias que producen miedo, personas que compiten agitadamente para conseguir el éxito personal y profesional, conversaciones intensas que critican a quienes no están presentes, emociones y opiniones ajenas que se comparten sin filtro y sin medida como si los otros estuvieran ahí esperando para conocerlas en redes sociales llenas de información desechable, inútil.  

En ese entorno encontrar la calma es un reto enorme. 

Esa calma que está oculta en algún lugar que no se puede ver con facilidad, que se esconde tímidamente en medio de la avalancha de información, por ahí entre lo que no es popular, cerca de lo aburrido.

Siento que vivir y observar lo que sucede desde ese lugar, desde la calma, es un camino que quiero conseguir. Lo intento con esfuerzo, con cuidado, poniéndome en el lugar de una observadora cuando la ansiedad se presenta, cuando la mente me pone a pensar, pensar, pensar y asumir los escenarios más difíciles, a juzgar a lo que es diferente porque se vuelve la única respuesta a eso que no sé cómo afrontar. 

Observo el caos desde el lugar donde quiero estar, el lugar de la calma.

La palabra calma, se parece a alma y para mí ahí tiene un enorme sentido. Alma según el diccionario es el principio que da forma, la sustancia o parte principal de cualquier cosa y Calma se refiere a ese estado suspendido, donde no hay viento, donde habita la tranquilidad y la paz. Y si alguna sustancia yo quisiera en mi vida, es esa, la de la tranquilidad y la paz.

Un día encontré una postal que dice  "La calma es mi super poder" y ese momento la adopté, porque aún cuando no siento que he logrado completamente convertirla en mi super poder, me inspira y me recuerda, que es mejor ver la vida desde ahí y me encanta, porque me recuerda a mi abuelo y a través de ese recuerdo, a mi niñez, que fue suave, amorosa, en calma.