RECORDANDO A MI ABUELO

En día de año bisiesto, esta tierra temporal, perdió a un hombre bueno.
Se durmió y decidió tranquilo descansar.
Pero en su paso por aquí, nos llenó la vida. Nos llenó con su bondad, con su sabia prudencia, con su hermosa sencillez.  Nos enseñó a vivir con lo justo, a ser justos… a gozar de lo que tenemos cerca, en nuestra casa, en nuestra mesa, en nuestra familia.
Nos quiso, nos acompañó, nos vió crecer y lo vivió, lo vivimos juntos.
Con dulzura, nos llenó de golosinas la niñez, nos llenó de amor, nos cuidó con su vida.
En su amorosa forma, nos mostraba el camino correcto, para actuar, para vivir.
Con su repetida historia de cuando era niño y vino a Quito y trabajó en la notaría y se esforzó tanto para ser quien era… nos daba una lección de vida, una lección que nos quedará para siempre.
Gracias abuelito Mario por hacer de mi niñez, de la de mis hermanos y primo, sencillamente hermosa, gracias por los paseos en la camioneta roja, gracias por su generosidad, por la generosidad de regalarnos una vida llena de bondad, su vida.


María Augusta

Comentarios

  1. Le pensé todo el día. Qué bueno que recordaste tu texto y volviste a homenajear su vida entregada al amor por los suyos. Besos mi hija bella

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  2. Dulce memoria de un maravilloso hombre

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