LA NOCHE EN MISQUILLA

Hace un par de noches llegué a la inauguración de Misquilla, una cantina - lounge - sala de conciertos a la que Juan Fernando Velasco invitó para la presentación a sus colegas.
Tuve la suerte de llegar a esa precisa invitación, donde encontré amigos de la adolescencia, hoy convertidos en celebridades de la música y tener una divertida y cálida velada. 

Ya para antes de entrar al lugar, me encontré con Danilo Arroyo para iniciar la noche con buena conversación. Danilo escogió venir al país mientras tramita su su residencia en Los Ángeles donde ha hecho buena parte del camino en su carrera. Hoy, me dice, es el momento de sacar su música propia adelante.  
Más adelante, Margarita Laso me contaba sobre los desafíos que tiene hoy con nuevos medios de distribución, hablamos con Ivis Flies de los proyectos en común, llegó Karla Kanora con quien tomarse fotos es una diversión mientras Juan Fernando Velasco se lucía como anfitrión de la noche. Eso entre los que conozco. 

A la entrada un muy especial cuadro- el corazón de Misquilla- de Apitatán (http://www.apitatan.ec/), cortinajes y un ambiente que todavía no se sabía bien de qué trataba. Ecléctico.

El lugar yo diría que tiene espacio para todos. Un espacio moderno con la barra frente a un gran espejo para la gente que busca ver y ser vista, una terraza llena de plantas y hierbas aromáticas que la misma Lola preparó, que siempre estuvo visitada por los fumadores y sus acompañantes, una zona con cortinajes cerca del escenario como para los más tradicionales que van en grupo, una zona donde el mural de Apitatán "la llama apasionada" convocó a los más alternativos.

Empezó el show. Un cuarteto que nos llevó de viaje por los más tradicionales pasillos del Ecuador en la educadísima voz de Alexandra Cabanilla a dúo con el único Navijio Cevallos acompañados por Matías Alvear y Eduardo "Chocolate" Morales. 

Fue emotivo escuchar el pasillo de la familia, El Aguacate, que me llena de recuerdos. Es simpático que justo al contrario de lo que ocurría en casa de mis abuelos, en Misquilla la gente rompió el silencio y se puso a cantar.

Muchas caras conocidas, celebridades y gente querida del mundo de la música se encontró, se reencontró se contó sus nuevas retos sus nuevas ideas, pasó una buena noche.


Detallazos de la noche: 
El valet parking, las recetas de piqueos tradicionales de Jorge Silva (los de fritada, mote y maduro son buenísimos), el ambiente de amigos.

Para ir a Misquilla
Un cover de 20 dólares de incluye show, una picada y canelazo de cortesía. Si apetece algo más hay buenas opciones de menú que no son costosas. http://www.misquilla.com/



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