Amistades de grandes, grandes amistades

Luego nos hacemos grandes, es inevitable. Encontramos otras formas de hacer familia y las amistades de grandes, se han convertido en grandes amistades, bellas, honestas, cargadas de recuerdos de los viejos tiempos en los que pasar juntos era básico para sobrevivir a un mundo en el que éramos incomprendidos.
En estas amistades de grandes ya no caben los encuentros que duraban un fin de semana entero, pero no importa, porque hubieron muchos y construyeron algo que se mantiene para siempre. No caben resentimientos ni competencias porque el cariño ya superó esas amenazas, no caben muchas explicaciones porque los afectos y las acciones son suficientes, porque el concepto de amistad lo construimos años atrás.
Vivir nuevas etapas es lo que corresponde... Ojalá con la misma intensidad que prendimos a ponerle a todo en otros tiempos.
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