Como dice mi hermana. Ahí te ves, mugroso 2012.

Llega el 31 de diciembre y es inevitable encontrarse haciendo el famoso recuento enero-diciembre del año que cierra y plantearse los propósitos para el que está por comenzar.

Normalmente no lo escribo, no caigo en el recuento y los clásicos cambios que duran hasta febrero... pero hoy he decidido darme un tiempo para escribir sobre este año con un objetivo: Sacar de mi cabeza aquello que aún no me explico, dejando con otros lo que es de otros.

Ha sido un año intenso, muy duro. Muchas lágrimas y momentos difíciles, muchas decepciones, muchas. Un año de mierda.
Cuando pienso en los primeros meses del año y todo lo que fue ocurriendo, una cosa tras otra, una sobre otra, en cómo me sentí, en la sensación de estar en un pozo sin fondo, y caer, caer caer.

En ese trayecto el dolor fue intenso. Mucho.

Creí perder amigos que hoy comprendo que no lo eran. Muchos se alejaron, me dedicaron su agresividad pasiva, seguramente juzgaron, seguramente tienen versiones de mi vida que son suyas, solo suyas. He visto caras verdaderas, he conocido la hipocresía, la mentira de una forma que no creí que existía. Qué decepción.


Hoy, ese dolor es aprendizaje.  

Quien se queda en el dolor, en lo negativo, no vive verdaderamente.  

El 2012 me trajo momentos amargos, trajo consecuencias duras de equivocaciones, me golpeó. Pero me dejó viva, me dejó fuerte, me dejó aquellos que no me abandonaron, me dejó claro que cada uno tiene su particular forma de comprender la familia, la amistad, la lealtad, el amor.

Aunque fue difícil, estoy agradecida. El mundo si se acabó como lo conocía. Habrá días en que extrañe la confianza absoluta que tenía en las personas, pero he comprendido una nueva forma de conocerlas y de compartir el mundo.

Nada pudo con el amor. Nada. Aquí estamos, juntos, completos. 
Por ello, le digo a este año 2012 lo que mi hermana sabiamente en su personalísimo estilo le dijo:  Ahí te ves, mugroso 2012, con tus dolores, con tus malos ratos.  Quédate con las personas que salieron de mi vida, con las lágrimas y el dolor que me causaron, con los juicios y las mentiras, con las falsas amistades, con la arrogancia y la hipocresía.

Me llevo el amor, me quedo con la fortaleza, me quedo con quienes viven en positivo, con los que comparten la transparencia y frontalidad, con quienes quieran vivir simple, bello, verdadero.



Venga 2013. Venga.






Comentarios

  1. Suscribo cada palabra, cada letra. Gracias morena por ahorrarme el doloroso ejercicio de la catarsis que habría sido escribirlo yo mismo.

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    1. Escribirlo fue despedirme de un montón de frustración. A veces siento el impulso de borrarlo, pensando que tanta mala onda no va conmigo, pero en realidad, para eso, tengo este blog. Así que aquí queda, como grabado para volver al texto cuando podamos verlo de lejos. Estando aquí, ya no está en mi mente y eso deja espacio para otras cosas. Besos

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